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Cuando
haces dieta ¿Qué le pasa a tu cuerpo? |
Todo el mundo lo sabe: la alimentación está
íntimamente ligada a la salud. Pero a la hora de adelgazar, la gente se
olvida de las ideas razonables y prefiere perder kilos cuanto antes aunque
sea a costa de la salud. Y sin embargo lo que comamos o dejemos de comer
puede llevarnos a estar sanos o enfermos. Y nunca jugamos tanto con los
conceptos nutritivos como cuando hacemos dieta.
Adelgazar pero con buena salud Aunque a menudo se inician las dietas por
estética, para mantener la figura o porque la ropa del año anterior parece
haber encogido, el problema es de salud; hay que tener en cuenta que un
exceso de kilos puede ser perjudicial para el organismo y es primordial
evitar acumularlos. Según el doctor Francisco Pérez, del Hospital
Unviersitario Reina Sofia de Córdoba, "si obviamos los grupos poblacionales
que tienen trastornos de la alimentación (anorexica, bulimia) el conjunto de
la sociedad española come el doble de lo que debe". Por este motivo
recomienda reducir la ingesta de grasas; en caso de ingerirlas, procurar que
sean vegetales; bajar la cantidad de comida hasta niveles saludables; y
procurar que los alimentos conformen una dieta variada. Tampoco hay que
olvidar que los expertos insisten en que para perder peso de forma segura
hay que hacerlo lentamente y bien. Pero, ¿cómo?: Realizando dietas
hipocalóricas: que tienen menos calorías de las que una persona consume de
forma habitual.
Lo ideal es perder peso disminuyendo la cantidad de comida y suprimir el
alcohol y los dulces (que no el azúcar).
Aumentando la actividad física, para que haya un equilibrio entre el aporte
y el gasto de energía, en lugar de recurrir a esas innumerables dietas
mágicas, que pueden poner en peligro la salud. Adoptando y asumiendo por
vida hábitos alimentarios adecuados. Efecto Yo-Yo, evita ese gran error Pero
todo el mundo comete el mismo error: querer adelgazar y probar todas las
dietas que los amigos les recomiendan como efectivas, aunque para ellos
vayan a ser perjudiciales. Incluso hay gente que salta de una a otra
constantemente, provocando en su organismo el conocido como efecto yo-yo:
adelgazar bruscamente para luego volver a engordar y así una vez tras otra.
Con las dietas milagrosas se adelgaza rápidamente, porque ejercen un efecto
diurético y laxante que elimina el agua de los tejidos. El objetivo, perder
peso se consigue, pero al volver a una alimentación normal, los kilos se
recuperan igual de rápido, lo que induce a la persona a recurrir a otra
dieta milagro. Y así siempre. Las últimas investigaciones demuestran que las
gentes que caen en esta situación yo-yo varias veces a lo largo de su vida
arriesgan su salud cardiovascular. Y si alguna de estas dietas milagrosas se
prolonga durante mucho tiempo se pierde grasa, sí, pero también masa
muscular y densidad ósea. ¿Quieres hacerlo bien? Sigue estos consejos Acude
a un profesional. Un especialista puede recomendarte los alimentos que debes
eliminar o incorporar a tu dieta personalizada Se consciente de que
adelgazar significa renunciar, ya que supone introducir cambios en tu
alimentación y estilo de vida. Debes aprender a comer.
Recuerda que un régimen nunca finaliza. Seguirlo no significa acabarlo y
volver a alimentarse como antes. Una dieta debe enseñar a comer bien y
continuarse con otra de mantenimiento. El rebote final Es la consecuencia
más evidente y negativa de las dietas milagrosas. Su peor consecuencia es
que se recupera el peso perdido o incluso más, ya que lo habitual, una vez
finalizada la dieta, es darse atracones: el cuerpo tiende a almacenar aún
mas grasa para llenar las reservas que se han vaciado bruscamente.
Como resultado, se engorda de nuevo. |
Las hormonas pueden ser un factor clave del sobrepeso femenino
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En cada mujer predomina una secreción
hormonal, la cual influye sobre las líneas de su cuerpo y la forma en que
reacciona ante las grasas y emplea su energía.
Para estar en línea hay que seguir una dieta y ejercicios, adecuados a la
glándula que manda: pituitaria, tiroides, suprarrenal o reproductoras.
Las hormonas pueden ser un factor clave del sobrepeso femenino e
intervienen decisivamente en la cantidad de energía proveniente de la
comida que se convierte en células adiposas.
En la fase premenstrual, el incremento de la hormona progesterona induce a
la mujer a comer más, y a consumir alimentos dulces, por la caída del
nivel de azúcar en la sangre.
Durante la ovulación, en el cuerpo femenino se libera, en grandes
cantidades, la hormona estradiol, que tiende a disminuir la sensación de
hambre. Además de las hormonas sexuales, en el peso corporal femenino
también influyen las hormonas digestivas y tiroides, entre otras
sustancias endocrinas.
Según la doctora Carmen Menéndez, 'la regulación endocrina femenina, que
se dirige desde el cerebro hacia distintas glándulas y órganos, y se basa
en una interconexión entre hipotálamo, hipófisis, ovarios, tiroides y
adrenales, puede alterarse trabajando a un ritmo más rápido o lento, o
segregando más o menos hormonas'.
'Algunas mujeres tienen un aspecto aniñado porque su hipófisis funciona
más lento, otras comen mucho y están siempre delgadas porque su tiroides y
sus células trabajan más rápido de lo normal, mientras que hay quienes
tienen forma de pera, debido a los desequilibrios hormonales en sus
ovarios, o tienen obesidad localizada en la tripa debido a su
hiperactividad adrenal', señala.
'Las hormonas son determinantes en la salud y forma femeninas: de hecho la
mujer es más propensa a sufrir disfunciones en su tiroides, lo cual hace
que se mantenga delgada, sea muy nerviosa y sea hiperactiva, cuando su
glándula funciona aceleradamente, o que engorde, se deprima y tenga un
ritmo bajo de actividad, cuando funciona más lento de lo normal', explica
Menéndez.
Según la especialista estadounidense Gloria Thomas, en cada mujer
predomina una glándula de secreción hormonal, la cual influye sobre las
líneas naturales del cuerpo y en la forma en que el organismo reacciona
ante las grasas y emplea su energía.
Para mantenerse en forma, hay que seguir un plan de ejercicios y
alimentación 'a la medida de las hormonas y la glándula dominante de cada
mujer, para compensar sus factores vulnerables naturales y trabajar sobre
sus puntos fuertes".
Ejercicios, dieta y glándulas
Según Thomas el bíotipo hormonal A o adrenal, se caracteriza por una forma
corporal ancha de hombros y con un cuello, pecho y cintura de aspecto
grueso. Las mujeres con este biotipo tienen constitución atlética, una
estructura corporal fuerte y firme, y miembros musculosos. Sus caderas son
más pequeñas que sus hombros, originando una forma corporal triangular.
Sus glándulas dominantes son las adrenales, que producen las hormonas
cortisol, adrenalina y andrógenos, responsables de construir el tejido
corporal.
A estas mujeres les conviene practicar ejercicios aeróbicos con
regularidad, para reducir su grasa corporal y evitar una apariencia
voluminosa. Para mantener sus niveles corporales de grasa bajos y sus
músculos tonificados, puede hacer un entrenamiento de resistencia, con
sesiones de 45 a 60 minutos de carrera o bicicleta, a un ritmo cómodo.
Les conviene una dieta rica en carbohidratos complejos y productos lácteos
bajos en grasas, recortar el consumo de comidas saladas y reducir su
consumo de carnes rojas, ya que su metabolismo se adapta mejor a los
vegetales.
Además, deben evitar los desayunos copiosos, su almuerzo debe ser ligero y
reservar su comida principal para la noche.
Las mujeres con biotipo G ó gónadal, tienen la típica forma de pera:
estatura corta o mediana, hombros estrechos, cintura pequeña y caderas
anchas. Su forma es femenina y curvada.
Sus glándulas dominantes, son las gónadas, las cuales producen la hormona
sexual femenina estrógeno.
Necesitan mucha gimnasia aeróbica, para mejorar su estado físico general y
equilibrar sus niveles hormonales, y también para ayudar a recortar su
grasa corporal, adelgazar sus caderas y muslos y reducir su celulitis. Les
conviene aplicar un programa de entrenamiento potente para la parte
superior de su anatomía, para que su forma se equilibre y se vuelva más
curvilínea.
Deben eliminar las comidas cremosas, grasosas y con muchas especias, y
buscar los alimentos ricos en cereales integrales, con una cantidad
moderada de proteínas y abundantes frutas y verduras que estimulan el
metabolismo. Los metabolismos del tipo G, se las arreglan mejor con las
comidas por la tarde, así que conviene tomar un desayuno ligero. El
almuerzo debe ser ligero, y la cena debe ser la comida más sustanciosa.
Bajo el mando de la pituitaria
Quienes tienen el biotipo P ó pituitarial, tienden a ser altas, con
hombros anchos, caderas y nalgas curvadas hacia fuera, manos largas con
dedos ahusados y un abdomen sobresaliente, que les hace arquear la
espalda. Su glándula dominante es la pituitaria, que ayuda a regular el
metabolismo, al controlar la producción de las hormonas por la tiroides,
las suprarrenales y los ovarios.
Según Thomas, estas mujeres deben practicar ejercicios aeróbicos con
regularidad, para estimular su circulación y su metabolismo. Necesitan un
programa de gimnasia basado sobre todo en la resistencia, para perder
peso, y deben trabajar sobre su postura, tonificando y tensando sus
músculos abdominales.
Deben elegir las comidas ricas en proteínas, como la carne roja magra, las
aves y los pescados, y evitar los lácteos. El mejor momento para su comida
principal es la mañana, su almuerzo debe ser moderado, dado que su
metabolismo tiende a volverse perezoso por la tarde, les conviene cenar
ligero.
Las mujeres con el biotipo T ó tiroideo, presentan una estructura ósea más
pequeña, con miembros, dedos y pulgares largos. Su forma es juvenil, con
pechos escasos, y caderas y hombros estrechos. Su musculatura es más
frágil y su metabolismo alto.
Su glándula dominante es la tiroides, la cual libera una hormona que
estimula la captación de oxígeno, el gasto energético y el control de la
tasa metabólica.
Para conseguir una figura curvilínea, necesitan un programa de ejercicios
de fuerza, para aumentar su masa muscular, haciendo que su cuerpo luzca
más firme y bien proporcionado.
Para moderar su metabolismo, necesitan tres comidas sustanciosas al día.
Deben incluir proteínas en cada comida, con abundancia de vegetales y
cantidades moderadas de carbohidratos. El desayuno debe ser la comida más
sustanciosa, su almuerzo debe ser moderadamente proteico y la cena
similar. |
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