Fuente:
La Voz del Interior, Suplemento de Salud.
Según los especialistas
que concurrieron al Octavo Congreso Mundial, este trastorno es uno
de los extendidos e intratables problemas de salud.
Miles de
médicos, entre los que se contó una nutrida delegación de
argentinos, coincidieron en esa inquietante ciudad del futuro que es
la Défense, a unos inutos del centro histórico de París, para
asistir a los seminarios y conferencias del Octavo Congreso Mundial
de Obesidad "La salud, una razón de peso".
Según la Organización
Mundial de la Salud, la obesidad se está transformando en el
problema de salud número uno del planeta, ya que aumenta los riesgos
de enfermedad coronaria, arteroesclerosis, diabetes, apneas del
sueño, anormalidades ginecológicas, esteoartritis e hipertensión.
En los Estados Unidos (donde habitualmente se manejan
estadísticas actualizadas), entre 1980 y 1984 la obesidad aumentó un
32% . Esto determina que el 19,5% de los hombres y el 25% de las
mujeres norteamericanos estén excedidos de peso.
Si la
proyección se mantiene, para el año 2.230, el ciento por ciento de
los habitantes de ese país podría ser obeso. Pero no es un caso
aislado. En Inglaterra, el número de personas con sobrepeso se
duplicó. En Alemania aumentó el 30% y en Suecia el 85%. Es cierto
que en China hay solo un 1.64% personas con exceso de peso, pero
también en la isla de Samoa, un caso extremo, el 77% de las personas
son obesas.
Un trabajo presentado aquí por el Doctor Jorge
Braguinsky sobre la base de una investigación realizada durante un
año y medio en Venado Tuerto, Santa Fé, y en localidades de otras
provincias indica que el 60% de los adultos argentinos está excedido
de peso.
Una vez más, el Congreso volvió a definir a la obesidad
como el estado que se registra cuando el individuo posee un índice
aumentado de grasa corporal; el problema, sin embargo, es que esta
medida es a veces difícil de determinar. La fórmula aceptada para
hacerlo consiste en dividir el peso por el cuadrado de la altura. Si
el resultado excede los 25 puntos, se enciende la luz de alarma. Si
excede los 30, es hora de tomar medidas, literalmente hablando. Para
John Foreyt, del Baylor College of Medicine de Houston, Texas, la
epidemia globlal se debe, ante todo, a cambios en los modos de vida.
"Los seres humanos somos en esencia cazadores-recolectores, pero ya
no cazamos ni recolectamos."
El siete por ciento de los
americanos ingiere todos los días comidas rápidas, nuestros chicos
ven varias horas de TV por día y son bombardeados anualmente por
10.000 propagandas, muchas de las cuales promueven el consumo de
dulces y otro tipo de alimentos. Además, ellos consumen más calorias
que las que necesitan, tal vez unas 200 más... pero esas 200, a lo
largo de los años, producen varios kilos extras", afirma Foreyt. El
doctor Jean Pierre Després se refirió a las relaciones que existen
entre la obesidad y la enfermedad coronaria.
Según el
especialista, más que el exceso de peso, el factor indicativo de
riesgo coronario es la acumulación de grasa abdominal. "Nuestro
laboratorio -dijo Després- demostró que hombres y mujeres con exceso
de grasa en el abdomen tiene incrementado su riesgo de enfermedad
cardiaca hasta 20 veces, incluso si registran un peso y niveles de
colesterol aproximadamente normales. Por eso, hemos sugerido que una
simple medición de la circunferencia de la cintura y de los niveles
de triglicéridos en la sangre puede indicar el riesgo cardíaco; más
de un metro de cintura para los hombres y más de 88 centímetros para
las mujeres, combinados con más de 200 mg de triglicéridos, indican
un 80% de riesgo cardíaco".
Esta es la parte mala. Lo bueno es
que los estudios del investigador canadiense sugieren que basta un
adelgazamiento moderado, de entre apenas el 5 y 10%, para que se
produzca una movilización sustancial de la grasa aterogénica y
mejore notablemente el pronóstico de los pacientes obesos. Todos
coinciden en que la obesidad no debe tomarse como un problema
estético y que en ella influyen factores culturales y biológicos
difíciles de controlar.
Según Jaap Seidell, destacado
nutricionista de los Institutos Nacionales de Salud de Holanda, se
trata de una tendencia poligénica, especialmente en los grandes
obesos, aunque 60% de los casos está relacionada con la
alimentación. "Antes, nuestro organismo luchaba por mantener un
balance energético favorable -explicó Seidell- tal vez por eso
tenemos el instinto de comer tanto como nos sea posible y movernos
lo menos posible. También advirtió que, a pesar de que el mayor
crecimiento en la industria alimentaria se registró en el rubro de
los productos llamados dietéticos, algunos de ellos contienen en
realidad mayor contenido energético que los que no lo son".
Una
de las sesiones que más interes suscitó entre los médicos reunidos
en París fue la que presentó los resultados obtenidos con un anueva
droga recientemente aprobada por la FDA, el "orlistat". A diferencia
de todo lo que existía hasta ahora, esta sustancia no funciona como
un supresor del apetito, sino que inhibe la secreción de la lipasa
pancreática, una enzima que permite metabolizar las grasas, y así
disminuye en un 30% su absorción.
Cuánto se traduce en el
descenso de peso depende en alguna medida de la cantidad de grasas
que integren la dieta. Todos los especialistas consultados opinaron
que este nuevo intento es auspicioso si se toma en cuenta que una de
las principa les ventajas es que actúa localmente en el tracto
gastrointestinal. Pero por el momento no existe la pastilla mágica.
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las novedades.Sólo me resta despedirme
hasta la próxima y como ando sobrada de frases , aquí dejo una que
me ha gustado mucho:
"
Saber envejecer es la obra maestra de la
vida, y una de las cosas más difíciles en el arte dificilísimo de la
vida. " (Amiel).
Un cordial saludo del equipo
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